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La FUNDACIÓN ONCE DEL PERRO-GUÍA

(FOPG) se creó el 24 de septiembre de 1990 en cumplimiento del Acuerdo del Consejo General de la ONCE del 20 de junio de 1989, siendo clasificada en abril de 1992 como Benéfico-Particular de carácter asistencial. Su fin principal es facilitar de forma directa o concertada la adquisición de perros-guía para personas con ceguera o deficiencia visual como medio de movilidad que incremente la seguridad y autonomía de sus desplazamientos y de este modo contribuir a la consecución del máximo nivel posible de integración social de sus beneficiarios.

En sus casi 17 años de funcionamiento, la FOPG se ha convertido en el instrumento que permite a la ONCE prestar uno de sus principales servicios sociales: la concesión de perros-guía a sus afiliados, como auxiliar de movilidad. Servicio gratuito, que se sufraga gracias, entre otros recursos económicos, a la colaboración de la ONCE, como fundador, que aporta parte de los ingresos que obtiene de la comercialización de sus productos de juego. También CEOSA colabora en el sostenimiento de la FOPG.

Las instalaciones de la FOPG han sido diseñadas para responder a las necesidades de los perros, su cuidado sanitario y su entrenamiento. Sus profesionales han recibido la formación necesaria para garantizar que cada perro recibe la atención adecuada en cada momento, desde su nacimiento hasta su graduación como perros-guía. Pero para que este trabajo alcance sus objetivos, resulta imprescindible la colaboración de personas particulares, externas a la FOPG, que colaboran en la educación de los cachorros.

Aproximadamente a las siete semanas de vida, cada cachorro es separado de su madre y entregado a una familia, que lo tendrá en su casa hasta que cumpla un año de vida. Durante este tiempo, la familia, supervisada por un profesional de la FOPG, se ocupará de la educación y la socialización del futuro perro-guía. Las razas de perros que se emplean habitualmente son: Pastor Alemán, Golden Retriever, Labrador Retriever y algunos cruces entre estas razas. Durante esta etapa, la FOPG asume los costes de la alimentación y los cuidados veterinarios del cachorro y entrega a la familia educadora el material necesario para su educación. Entre este material, un chaleco que le identifica como futuro perro-guía y le permite, en toda la Comunidad Autónoma de Madrid, acceder a los locales de uso público en las mismas condiciones que si ya fuese perro-guía.

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Al cumplir un año, los cachorros regresan a la FOPG para ser evaluados técnicamente y, superado este análisis, pasan al proceso de entrenamiento e instrucción, trabajando todas las habilidades específicas que precisará para realizar correctamente su labor como perro-guía. Finalizado el entrenamiento, se selecciona al usuario más adecuado para ser emparejado con cada perro, al que le será entregado en un curso, en el que el usuario y el perro trabajarán juntos bajo la estricta supervisión de un instructor. Finalizado el curso con éxito, podemos decir que el perro ha conseguido su graduación.

Por lo tanto, si quieres colaborar en la prestación de este servicio tan importante para los afiliados a la ONCE, llámanos, al tel. 91 632 46 30, visita nuestra página web www.once.es/perrosguia o escribe un correo a cachorros@once.es y una de nuestras supervisoras de cachorros se pondrá en contacto contigo.


En Boadilla del Monte, septiembre 2007


FUNDACIÓN ONCE DEL PERRO GUÍA